La elaboración de un plan de negocio no es tarea fácil. Exige una profunda reflexión previa y antes de sentarse ante una hoja en blanco y comenzar a escribir. Además, la dificultad se incrementa por no existir un estándar establecido sobre su contenido y requisitos.
En cualquier caso, analizando los planes de empresa más exitosos, podemos establecer un contenido mínimo sobre el que construir la adaptación a nuestro caso de empresa. Esos apartados comunes serían:
- Resumen ejecutivo: Es la carta de presentación del plan. Se trata de un extracto sobre la descripción y características diferenciadoras del negocio que se va a realizarla. También es preciso reflejar brevemente los objetivos, la inversión requerida, los recursos necesarios y la rentabilidad esperada. Aunque es el primer apartado, debe ser escrito en último lugar.
- Concepto, análisis y definición del negocio: En primer lugar debe analizar el contexto interno y externo en el que debe desarrollarse la idea de negocio. A partir del DAFO (análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), se expone la misión y visión del proyecto, las características diferenciadoras y las ventajas competitivas propuestas. También es imprescindible detallar los objetivos a perseguir (recordando que deben ser medibles, ambiciosos, realistas, temporales y específicos –MARTE-) y las estrategias propuestas para conseguirlos.
- Estudio de mercado: Se trata de recolectar y analizar datos e información sobre posibles clientes, la competencia y las características del mercado. En su composición juega una especial relevancia la definición de las estrategias de ventas y de marketing. Se trata de que el lector se haga una idea lo más aproximada posible de la viabilidad de la actividad propuesta.
- Proyecto técnico: Se describen los requerimientos físicos propios del proceso productivo o de prestación del servicio. Se trata de detallar las operaciones propias del negocio tales como elementos físicos (maquinaria, herramientas, equipos, vehículos, mobiliario, etc.), las fases del proceso (desde las compras hasta las ventas) y las infraestructuras necesarias (locales, oficinas, capacidad productiva, etc.).
- Organización y recursos necesarios: En este apartado se expone la estructura jurídica y orgánica del negocio, así como sus áreas organizativas. En él se describirá la estructura jurídica (persona física o jurídica, entre otras), los recursos humanos necesarios y la infraestructura, equipos y tecnología necesaria. Todo ello con un exhaustivo análisis de costes asociados.
- Aspectos financieros: En este apartado se detallan los siguientes aspectos del plan:
- Análisis de la inversión: Es un aspecto clave para la viabilidad del plan y debe constar la inversión requerida para la puesta en marcha y las fuentes de financiación a las que se va a acudir.
- Proyección de ingresos y gastos: Deben detallarse, de forma realista, los requeridos para el tiempo en el que esté proyectado el plan. Aquí es fundamental determinar el punto de equilibrio (Break-Even) en donde los ingresos son iguales a los costos, es decir, es el punto de actividad en donde no existen ni ganancias ni pérdidas.
- Estudio financiero: En el estudio financiero se desarrolla el cálculo del periodo de recuperación de la inversión y de la rentabilidad del negocio (ROI Return of Investment). En definitiva, se trata de demostrar que el proyecto es rentable.
Recuerda que con la elaboración de un buen plan de negocio habrás puesto los cimientos para el éxito de tu empresa. Pero que a partir de ahí empieza el trabajo. Muchas veces, a pesar de que la planificación ha sido excelente, los negocios fracasan (puedes leer más en nuestro post ‘5 Causas que pueden arruinar tu negocio’. Y es que todo plan debe fijar una metodología para su seguimiento, estableciendo periodos de revisión e indicadores de control (KPI o key performance indicators).