Como conseguir un equipo de alto rendimiento

La gestión del equipo es el elemento clave para el éxito del manager. Todo el mundo sabe que los resultados se consiguen a través de la gestión de las personas pero no todos prestan la atención necesaria a los elementos que componen los pilares sobre los que se asienta un equipo de alto rendimiento.

A continuación proponemos cinco aspectos que deben centrar la atención del manager.

  • Clarificar la misión. La misión de un equipo es el conjunto de objetivos generales y principios de operación que lo rigen. Lo primero que deben conocer los integrantes del equipo es para qué se han constituido y cual es la estrategia sobre la que se asienta su propia existencia. Esto les permitirá orientar sus decisiones y acciones; es decir, les permite lograr que se establezcan objetivos y ejecuten tareas bajo su luz, logrando de esta forma una coherencia y coordinación.
  • Trabajar el compromiso. El compromiso es el “Santo Grial” del management, el elemento intangible que todo manager persigue por ser el pilar sobre el que se sustenta el “engagement”. El compromiso del equipo con la misión refleja la implicación intelectual y emocional de éstos con la misión definida, y con ello su contribución personal al éxito. ¿Cómo conseguir un equipo comprometido? Mantener un contacto permanente sobre el grado de ejecución de los proyectos, dar y recibir feedback peramente y generar un entorno de confianza son los tres elementos básicos sobre los que el manager debe prestar atención. El compromiso se manifiesta como un verdadero potenciador del rendimiento.
  • Maximizar el desempeño. Agilidad, espíritu colaborativo y creatividad son tres competencias básicas del management de la 4ª Revolución Industrial, sobre las que debe potenciarse una verdadera valoración del desempeño, tanto individual como colectivo. Un equipo ágil es aquel que es capaz de detectar y responder al cambio con rapidez y confianza. Para la escuela de negocios MIT Sloan, una empresa ágil produce un 30% más de beneficios y, además, toma un un 37% de decisiones de forma más rápida. La popularización del movimiento Ágil (Agile), que nació en 2001, ha impulsado la dinamización de la metodología de ‘métodos ligeros’, poniendo el énfasis en el enfoque colaborativo y la creatividad de los miembros del equipo. Este es el nuevo marco sobre el que fundamentar el rendimiento del equipo.
  • Gestionar los proyectos. Una vez las empresas han asumido que la gestión por procesos es un requisito del management, se impone que la agilidad y la creatividad se vuelque en una efectiva gestión de los proyectos asignados al equipo. En esta nueva era se dice que un gestor eficiente es aquel que sabe gestionar equipos comprometidos y orientados a a la consecución del éxito en los proyectos asignados. Para conseguirlo, el manager no sólo debe marcar las fases y monitorizar la consecución de los deadlines correspondientes, sino aprender y aplicar las últimas técnicas para conseguir que se desarrollen de foirma creativa y ágil. Así, el design thinking, el storyboarding colectivo, el ‘Brain-Writing’ o el “group sketching” son estrategias que permiten una adecuada gestión del desarrollo de proyectos.
  • Cuidar el entorno de trabajo. Este es un tema al que no siempre se le da la importancia que realmente tiene: El entorno físico es un componente fundamental del clima del equipo que tiene un gran impacto en su desempeño. El manager no debe olvidar que la ergonomía de los puestos de trabajo, de los equipamientos, de los desarrollos informáticos y las políticas de bienestar contribuyen a mejorar el clima, el compromiso, el desempeño y tienen un impacto fundamental en la consecución de los resultados. En este sentido, no importa si el trabajo se desarrolla en una grandes oficinas corporativas, en un espacio de coworking o en el domicilio de los integrantes del equipo; es fundamental que el profesional se sienta cómodo y que el espacio sirva para fomentar su creatividad. Si quieres más información sobre el tema puedes leer el post 'Cómo llegar a ser una empresa  saludable'

Si el manager pone atención en los cinco elementos planteados, probablemente estará poniendo las bases para obtener un equipo de alto rendimiento. Para mantener el foco en ellos de forma constante, debe formar parte de su agenda permanente.


6 elementos imprescindibles que debe tener un plan de negocio

La elaboración de un plan de negocio no es tarea fácil. Exige una profunda reflexión previa y antes de sentarse ante una hoja en blanco y comenzar a escribir. Además, la dificultad se incrementa por no existir un estándar establecido sobre su contenido y requisitos.

En cualquier caso, analizando los planes de empresa más exitosos, podemos establecer un contenido mínimo sobre el que construir la adaptación a nuestro caso de empresa. Esos apartados comunes serían:

  1. Resumen ejecutivo: Es la carta de presentación del plan. Se trata de un extracto sobre la descripción y características diferenciadoras del negocio que se va a realizarla. También es preciso reflejar brevemente los objetivos, la inversión requerida, los recursos necesarios y la rentabilidad esperada. Aunque es el primer apartado, debe ser escrito en último lugar.
  2. Concepto, análisis y definición del negocio: En primer lugar debe analizar el contexto interno y externo en el que debe desarrollarse la idea de negocio. A partir del DAFO (análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), se expone la misión y visión del proyecto, las características diferenciadoras y las ventajas competitivas propuestas. También es imprescindible detallar los objetivos a perseguir (recordando que deben ser medibles, ambiciosos, realistas, temporales y específicos –MARTE-) y las estrategias propuestas para conseguirlos.
  3. Estudio de mercado: Se trata de recolectar y analizar datos e información sobre posibles clientes, la competencia y las características del mercado. En su composición juega una especial relevancia la definición de las estrategias de ventas y de marketing. Se trata de que el lector se haga una idea lo más aproximada posible de la viabilidad de la actividad propuesta.
  4. Proyecto técnico: Se describen los requerimientos físicos propios del proceso productivo o de prestación del servicio. Se trata de detallar las operaciones propias del negocio tales como elementos físicos (maquinaria, herramientas, equipos, vehículos, mobiliario, etc.), las fases del proceso (desde las compras hasta las ventas) y las infraestructuras necesarias (locales, oficinas, capacidad productiva, etc.).
  5. Organización y recursos necesarios: En este apartado se expone la estructura jurídica y orgánica del negocio, así como sus áreas organizativas. En él se describirá la estructura jurídica (persona física o jurídica, entre otras), los recursos humanos necesarios y la infraestructura, equipos y tecnología necesaria. Todo ello con un exhaustivo análisis de costes asociados.
  6. Aspectos financieros: En este apartado se detallan los siguientes aspectos del plan:
  • Análisis de la inversión: Es un aspecto clave para la viabilidad del plan y debe constar la inversión requerida para la puesta en marcha y las fuentes de financiación a las que se va a acudir.
  • Proyección de ingresos y gastos: Deben detallarse, de forma realista, los requeridos para el tiempo en el que esté proyectado el plan. Aquí es fundamental determinar el punto de equilibrio (Break-Even) en donde los ingresos son iguales a los costos, es decir, es el punto de actividad en donde no existen ni ganancias ni pérdidas.
  • Estudio financiero: En el estudio financiero se desarrolla el cálculo del periodo de recuperación de la inversión y de la rentabilidad del negocio (ROI Return of Investment). En definitiva, se trata de demostrar que el proyecto es rentable.

Recuerda que con la elaboración de un buen plan de negocio habrás puesto los cimientos para el éxito de tu empresa. Pero que a partir de ahí empieza el trabajo. Muchas veces, a pesar de que la planificación ha sido excelente, los negocios fracasan (puedes leer más en nuestro post '5 Causas que pueden arruinar tu negocio'. Y es que todo plan debe fijar una metodología para su seguimiento, estableciendo periodos de revisión e indicadores de control (KPI o key performance indicators).


Qué es un espacio coworking

Un espacio coworking es un espacio de trabajo flexible conectado a internet donde diferentes personas desarrollan proyectos empresariales compartiendo experiencias y sinergias. De esta forma, un espacio coworking es sólo un espacio físico hasta que no tiene un número suficiente de coworkers que interaccionan entre ellos.

Como verás más adelante, el concepto que mejor identifica a un coworking es el de comunidad de negocio, siendo el espacio físico el “hogar” donde esa comunidad inteactúa y se relaciona.

Según la revista especializada Deskmag, el mercado del coworking sigue creciendo a un ritmo elevado y más de un millón de personas trabajarán en espacios de coworking en 2017.

Los espacios coworking cuentan con diferentes modelos de adscripción que giran entorno a la membresía cómo forma de obtención de la condición de miembro de la comunidad. En función del tipo de membresía, puedes tener derecho al uso del espacio y los servicios en diferentes modalidades.

  • Membresía de acceso. Es la modalidad más simple de participación en la comunidad coworking, con accesos limitados a sus business lounges, conexión con la comunidad para ofrecer o intercambiar servicios y participación en los eventos. En definitiva, se trata de una opción económica de acceso a la comunidad coworking que te permitirá poder participar de sus espacios comunes, intercambiar experiencias con otros coworkers e introducirte en ese mundo sin un compromiso económico mayor. Hay personas que utilizan esta modalidad para tener un espacio donde almorzar (con la comida que traen de casa), trabajar tomando un café en un espacio algo más apropiado que una cafetería o quedar con su profesor de inglés para aprender conversando.
  • Hot Desk. Se trata de escritorios de uso flexible, no dedicados en exclusiva a un coworker en particular. Esto quiere decir que pueden ser usados por los miembros de la comunidad en función del orden de llegada y la disponibilidad existente. Si no necesitas tener un ordenador de mesa y no te importa sentarte en un lugar diferente cada día ya que sólo necesitas un lugar donde sentarte y conectarte a internet, esta es tu modalidad. Ten en cuenta que normalmente se trata de una membresía asequible económicamente y que incluso puedes encontrar tu acceso a media jornada o por horas.
  • Escritorio dedicado. Consta de un acceso privado para cada coworking en un mismo escritorio de un área abierta. Es la modalidad indicada si por tu trabajo necesitas dejar de forma permanente tus herramientas de trabajo entre jornadas o si eres un “animal de costumbres” y te gusta sentarte siempre en el mismo sitio. Normalmente, se facilita la posibilidad de disponer de una taquilla o armario cerrado, algo que resulta muy práctico porque te permite empezar a trabajar cada mañana de forma inmediata. Esta membresía acostumbra a tener un coste más elevado que el hot desk ya que la mesa será “tu” mesa y tus herramientas de trabajo estarán aseguradas en caso de robo o incendio.
  • Oficina privada. Si necesitas cierta privacidad en tu día a día, disponer de un espacio de trabajo sólo para ti y compartir con la comunidad de negocio los servicios comunes, es la mejor opción. Además, se trata de una alternativa muy interesante respecto del alquiler de una oficina tradicional ya que compartirás los gastos sin perjudicar la experiencia de usuario. Adicionalmente, podrás compartir también conocimiento y experiencias con el resto de miembros. Normalmente, estos espacios permiten alojar a equipos de personas que trabajan en el mismo proyecto en una misma oficina privada y disponer de créditos mensuales para utilizar las salas de reuniones del espacio compartido.
  • Oficina Virtual. Es una modalidad que muchos espacios ofrecen y que no es propiamente un servicio de coworking. Con ella tendrás la oportunidad de disponer de un domicilio comercial y utilizar la dirección postal en tus tarjetas o página web. También podrás recibir allí tu paquetería y recibir llamadas telefónicas gestionadas de forma profesional. En cualquier caso, puede ser un excelente complemento para tu desempeño profesional y puede conbinarse con cualquiera de las modalidades anteriores.

En definitiva, sea cual sea tu necesidad, siempre encontrarás un coworking que se adecúe a tu forma de ser y a la naturaleza de tu negocio. Ten en cuenta que, más allá de un espacio de trabajo, debes encontrar una comunidad de negocio donde tus ideas crezcan.