La nueva tribu que cambiará el mundo del trabajo

Los nómadas digitales son una tribu laboral en plena expansión, con proyección de convertirse en dominante entre los trabajadores del conocimiento. Son personas que aprovechan la revolución digital para construir su desarrollo profesional sobre un solo concepto: la aplicación del conocimiento técnico desde cualquier lugar y en cualquier momento. Así pues, no se trata de un nuevo grupo segmentado por la edad de sus miembros, sino por una competencia adquirida que quieren convertir en una ventaja competitiva.

También se conocen como knowmads, término que nació en 2011 de la mano de John Moravec. El concepto es un neologismo que combina las palabras inglesas know (conocer, saber) y nomad (nómada). 

Los conceptos clave del nomadismo digital

Si pudiéramos definir a los integrantes de esta tribu por tres elementos clave, serían los siguientes:

  • Deslocalización.

      A quien no le gustaría trabajar desde una playa paradisiaca.  O, siendo menos ambicioso, desde una segunda residencia, 3 días por semana, evitando las largas colas de los viernes o domingos tarde.  

  • Geoarbitraje.

    Se trata de llegar a ser rico sin serlo. Algo que consiguen gran parte de los nómadas digitales ¿Cómo? Pues consiguiendo ingresos de lugares más caros y viviendo en lugares más baratos Un ejemplo extremo sería conseguir un empleo en una compañía tecnológica en San Francisco-EEUU (con una renta per cápita de 65.000 dólares) y vivir en Chiang Mai -Tailandia- (con una renta per cápita de de 17.000 dólares). 

  • Minimalismo.

    Otra de los principales conceptos asociados a los nómadas digitales. Por su voluntad de no vivir anclados a un lugar fijo, tienden viajar por la vida con menos cosas y no adquieren compromisos a largo plazo, como las hipotecas.

La aplicación de los tres conceptos anteriores liberan a estas personas de las cargas y pueden tomar decisiones con mayor libertad. En el desarrollo de sus carreras profesionales pueden decantarse por iniciar proyectos empresariales propios (startup, por ejemplo), pero también por mantenerse en organizaciones “tradicionales”. Veámoslo…

Nómadas digitales por cuenta ajena.

Una opción es cambiar de empleo (y poder, incluso, trabajar menos). Para ello existen plataformas que te permiten encontrar trabajos en remoto (como We Work Remotely, Angel List, Remote|OK o Remotive, entre otras). Si puedes mantener tus ingresos y reducir tus gastos fijos y variables viviendo en un lugar más barato, puedes ahorrar el diferencial o sencillamente trabajar menos horas  y hacer cosas que antes no podías hacer porque no tenías tiempo. Se trata de hacer realidad aquella fantasía permanentemente postergada. Por ello, acostumbran a tener valores dominantes como innovación, curiosidad, intuición, proactividad y están abiertos a aprender y desaprender rápidamente. Se convierten en emprendedores de su propia vida. ¿A qué suena bien?

Otra opción es mantener el empleo anterior, renegociando sus condiciones, y destinar más tiempo a la familia o a las aficiones aparcadas. Se trata de la opción que más desarrollo va a tener en nuestro país, donde pocos pueden abandonarlo todo, coger un avión, e irse a vivir al otro lado del mundo. Estas personas, normalmente de perfil más maduro, optan por dejar sus vivienda en alguna ciudad europea, con un alto coste de la vida, y trabajar desde un pueblo. Hoy en día, las buenas comunicaciones permiten vivir a 200 Km de la oficina de tu empresa, si sólo tienes que acudir a ella de forma puntual (pongamos, un día a la semana).

Puedes conseguir una vivienda por un precio menor, llevar a tus hijos a un colegio donde crezca rodeado de los valores en los que crees (y si es necesario, con clases de refuerzo on line) y vivir el estilo de vida que quieres vivir. Como decía Howard Thurman: ‘Lo que el mundo necesita es gente que haya cobrado vida’. No estamos ante una utopía, es algo que está pasando ya. Durante la pandemia del COVID-19 muchos pueblos en España han visto cómo crecía el número de personas empadronadas.

Empresas ‘nomad friendly’.

Las empresas empiezan a percibir que estos profesionales han llegado para quedarse.  Como norma general son personas que pueden decidir sobre su propia trayectoria profesional y para quién quieren trabajar. Es un talento muy valioso para cualquier compañía. Por ello sus valores emergentes están empezando a ser tenidos en cuenta seriamente por headhunters, departamentos de RRHH o emprendedores en scale up. Si una empresa quiere tener acceso a ellos, deberá adaptar su cultura corporativa a esos valores dominantes, más allá de la aplicación del trabajo en remoto.